Construir paisajes sin materia, Traslaciones
La “síntesis de las artes” es uno de los grandes legados de Carlos Raúl Villanueva al camino de cruces que han tenido el arte y la arquitectura en Venezuela. En el Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas esta premisa alcanzó su máxima a través del vínculo indisoluble que establece la intervención de Alexander Calder sobre el espacio proyectado por Villanueva. Estas relaciones trascienden la forma para cumplir la función de paneles acústicos, platillos que reverberan un sonido que se ata a la memoria tanto como el espacio y el color.
En el marco de la conmemoración de los 114 años de Villanueva propusimos una intervención para rendir un homenaje a su trabajo, producto del intercambio dentro de un laboratorio moderno y experimental. Esta nueva obra intenta dar vida al Aula Magna habitando sus nubes, desplazándolas por el campus hasta llegar a la Plaza del Rectorado. Aunque estos “Platillos Voladores” hoy están dentro, Villanueva había pensado la intervención de Calder afuera, en la Plaza Cubierta que la bordea.
Traslaciones es una intervención sobre estos espacios sesenta años después, hecha con la sencillez y el respeto que exige dialogar con un ideal. Fue una obra breve, producida en medio de un contexto social, político y económico complejo. Situación de rasgos completamente opuestos al tiempo histórico de su creación. El ícono de la Ciudad Universitaria de Caracas vive de las grandes obras que no es capaz de volver a construir. En medio de una crisis acervada Traslaciones se erige con los mínimos recursos, valiéndose únicamente de un efecto: el movimiento de las personas que se devela en la fotografía.
Como muchas otras investigaciones contemporáneas, el efecto es el producto y aquí ocurre en dos direcciones. En un sentido está la experiencia que obtiene el espectador al ser parte de un recorrido que permite habitar las formas que siempre vemos, oír o transitar los mismos espacios rompiendo sus protocolos. Desde otra perspectiva las personas son el pigmento para construir un nuevo paisaje. Es una obra que hace de la velocidad un valor plástico así como una estrategia para levantar formas que solo existen en la fotografía.
Traslaciones busca construir volúmenes sin materia, hacer de lo transitorio un estado permanente, levantar espacios que viven en imágenes. Esto no es otra cosa sino una estrategia para enfrentar la ausencia, una intervención de gran formato que hace de lo mínimo todo su contenido. Es un modo de hacer en medio de un entorno donde la escasez es el recurso para proyectar.
Aún luego de haber desaparecido, es otra pieza para la Ciudad Universitaria, más efímera que los mosaicos caídos, fluida como sus espacios, disuelta en la arquitectura como todo su arte. Una obra moderna con la fugacidad característica de la aceleración actual. Aquella liquidez precisada por Zygmunt Bauman sobre el arte que nace para morir, o las formas con vida de obras que son procesos.
Miguel Braceli